Elliot, historia de un dragón (8)

Por Maria José Cavero 

 

Una sirena, no dejaba de pensarlo. Si él había visto una sirena ¿Podían existir más? ¿Y dragones? Puede que no fuese el único en el planeta ¿Y por qué no había visto ninguno después de 100 años?

Mientras revoloteaban las ideas en su cabeza, su cuerpo quería descubrir que más se ocultaba en las profundidades de este mundo. Quería salir a la luz y contemplarlo bajo el sol.

Salió de la gruta y trepó por el acantilado. Al llegar a la cima, miles de pinos altísimos le ocultaban de las miradas de extraños. Era el bosque maldito. Así lo llamaban los habitantes de Edmond, donde había permanecido oculto todos estos años.

Maldito porque se quemó hace millones de años y los cazadores no habían vuelto a capturar ninguna presa desde el gran incendio. Se adentró en el bosque. Aún se podían ver los destrozos que causó el fuego, algunas cortezas renegridas, troncos de árboles putrefactos en el suelo, cuervos graznando en las ramas más bajas…no sé si maldito, pero quizá muy lúgubre y desolador. Se parecía al bosque en el que viven las brujas de los cuentos.

Siguió caminando hasta que empezó a escuchar el ruido de hojas secas crujir, se oían cercanas… eran pisadas, pero no las suyas.

 

Dragon MJ

Ilustración de Daniel Montero Galán 

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